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Ahora que llevamos a todas horas la mascarilla puesta, nos hemos dado cuenta que nuestra piel no es la misma. ¿Por qué? Porque se encuentra en una atmósfera inusual, casi similar a la de un hammam. Después de unos pocos minutos con la mascarilla puesta, surge una sensación de calor y humedad. Después, la piel se humedece y se vuelve permeable, los poros se expanden. Su función barrera cambia. Por lo tanto, la piel está más expuesta a la invasión de factores externos y deja que se escape la preciada hidratación. No te dejes engañar por su flexibilidad renovada. Gracias a la humedad que aparece en nuestra piel nos encontramos con una deshidratación subyacente.
Lo primero que nos viene a la mente es: hidrátala. Sí, ¡pero no con cualquier tratamiento! Una fórmula demasiado espesa y untuosa puede obstruir todavía más los poros y provocar una desagradable sensación de pesadez. Nathalie Broussard, Directora de Comunicación Científica del Grupo Shiseido, nos propone el ritual perfecto para toda una jornada.
MAÑANA
Nutre la piel con una loción o crema hidratante con protección solar. A priori, la mayoría de las pieles pueden estar satisfechas con el regreso de los días soleados y las altas temperaturas. Si la tuya necesita un poco más de hidratación, aplica un tratamiento tipo gel, pero no utilices aceites que pueden obstruir los poros dilatados bajo el efecto del calor.
MEDIODÍA (O A CUALQUIER HORA)
¿Piel tirante? Rehidrátala aplicando un sérum en las áreas que notes más secas o tirantes con la palma de la mano o utiliza una bruma hidratante. Repítelo tantas veces como sea necesario.
NOCHE
En caso de un pequeño enrojecimiento debido al uso prolongado de la mascarilla, elimina el maquillaje y aplica una crema hidratante tan pronto como regreses a casa. Antes de irte a la cama, es tiempo para combinar hidratación y nutrición con una rica crema de noche que fortalecerá la función barrera de la piel.
TRUCO EXTRA
La piel es particularmente frágil y puede tener dificultades para soportar el uso de las mascarillas. Para evitar la irritación, protege las áreas de contacto, en particular el puente de la nariz y donde se apoyan las gomas. Aplica una crema barrera que forme una capa invisible pero muy efectiva contra la fricción de la mascarilla.